Hacía mucho que no actualizaba el blog. Quizás demasiado. Me paralizaba el terror a la pantalla en blanco, a no tener nada (o demasiadas) cosas que contar, pero sobretodo me paralizaba saber que podía borrarlo todo con tan solo apretar una tecla. Una maldita tecla. Es tan absurdamente fácil borrar una idea que a veces parece mejor no tenerlas ni ponerlas por escrito.
Sin embargo, con el paso del tiempo te das cuenta que esto no importa y que al fin y al cabo que algo esté bien o mal escrito recae en la subjetividad de quién lo escribe y quién lo lee.
Supongo que tendría que hacer balance. Balance de estos cuatro años de carrera (o de segundo mandato de Zapatero...), de este fin de primer acto. Pero no me apetece porque no tengo nada que decir. Quizás nunca encuentre la palabra para describir todo este tiempo o quizás me falte perspectiva para encontrarla. O quizás todo se resuma en la frase que Sergi Belbel dijo un día "Jo no sóc ningú per dir-li a algú com ha d'escriure la seva obra".
Así que ahora está prohibido borrar. Está prohibido dudar. Está prohibido tener miedo de la página en blanco. Porque no nos equivoquemos, tener miedo no es ser cobarde y no atreverse a escribir. Al contrario, queremos escribir pero nosotros mismos (o ellos) hemos creado el miedo. Nosotros somos la página en blanco.
Sin embargo, con el paso del tiempo te das cuenta que esto no importa y que al fin y al cabo que algo esté bien o mal escrito recae en la subjetividad de quién lo escribe y quién lo lee.
Supongo que tendría que hacer balance. Balance de estos cuatro años de carrera (o de segundo mandato de Zapatero...), de este fin de primer acto. Pero no me apetece porque no tengo nada que decir. Quizás nunca encuentre la palabra para describir todo este tiempo o quizás me falte perspectiva para encontrarla. O quizás todo se resuma en la frase que Sergi Belbel dijo un día "Jo no sóc ningú per dir-li a algú com ha d'escriure la seva obra".
Así que ahora está prohibido borrar. Está prohibido dudar. Está prohibido tener miedo de la página en blanco. Porque no nos equivoquemos, tener miedo no es ser cobarde y no atreverse a escribir. Al contrario, queremos escribir pero nosotros mismos (o ellos) hemos creado el miedo. Nosotros somos la página en blanco.
No puedes reducir cuatro años a unas cuantas líneas en este blog, porque es imposible, hay tantas cosas buenas y tantas cosas malas que podrías explicar. Tantas buenas experiencias y tantas cosas malas. Tantas personas que han superado tus espectativas y tantas que no han llegado a la suela del zapato de las espectativas que tu tenías de ellas. Pero es lo que hay. Lo que tienes que hacer es seguir hacia adelante, sin pararte, sin detenerte, nunca.
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